Lo que sucede en la Antártica, no se queda en la Antártica.

Acabo de regresar de un viaje inolvidable al continente antártico con el Secretario General de la ONU y su Asesor Especial para la Acción Climática.  

El continente dormido esconde bajo su belleza, su innegable papel como regulador climático clave para el planeta. Mientras disfrutábamos del majestuoso e infinito paisaje blanco de islas, glaciares e icebergs salpicados de pingüinos, leones marinos, ballenas y una biodiversidad distinta bajo el agua; nos enfrentamos a la realidad que las pruebas científicas están poniendo delante de los responsables de la toma de decisiones en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima -COP 28 de este año: el planeta necesita que la Antártica siga siendo como es. Salvaguardar la Antártica es esencial para detener la aceleración del cambio climático y mantener el límite de calentamiento de 1,5° Celsius. 

Los datos recabados por los equipos científicos desplegados en la Antártica muestran dos tendencias extremadamente preocupantes: 1) el deshielo se está produciendo al triple de velocidad que en décadas anteriores (sólo en 2023 se habrán perdido más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados) provocando una subida del nivel del mar que sería catastrófica para la supervivencia de las comunidades costeras; 2) el impacto del aumento de las temperaturas en la Antártica está afectando a las corrientes en chorro.  

"La Antártica está geográficamente alejada para la mayoría de nosotros, pero su futuro está estrechamente ligado al de las generaciones venideras", dijo el Secretario General durante el viaje refiriéndose a cómo las consecuencias de lo que allí ocurra afectarán catastróficamente al resto del mundo. 

"Lo que ocurre en la Antártica no se queda en la Antártica". 

Una visión desde Chile  

Miles de kilómetros al norte, en Chile, donde trabajo como Coordinador Residente de las Naciones Unidas, no se pueden ignorar los efectos del deshielo de la Antártica y la subida del nivel del mar. Desde ciclos de sequía, desertificación e incendios forestales hasta olas de calor mortales, erosión costera y otros fenómenos meteorológicos extremos, he visto con mis propios ojos cómo el cambio climático está asolando comunidades y acabando con los medios de subsistencia en todo el país.  El impacto de la crisis del agua en Chile es especialmente grave, y las poblaciones rurales son las más afectadas.              

A medida que estas amenazas se ciernen, nuestro equipo de la ONU en Chile está trabajando estrechamente con las autoridades nacionales para intensificar acciones urgentes para combatir la triple crisis planetaria del cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Juntos estamos apoyando al gobierno en la realización de su ambiciosa agenda nacional para proteger la biodiversidad de Chile, reducir las emisiones a través de la expansión de los mercados de carbono, y apoyar las transiciones sociales, económicas y ambientales que apoyan las energías renovables. Pero el papel de Chile en la lucha contra el cambio climático va más allá de sus propias fronteras. 

Liderando desde el Sur 

Conocido como "la puerta de la Antártica", Chile es un facilitador logístico para muchos países que tienen bases científicas en el territorio y que también se benefician de la vital labor de las Fuerzas Armadas chilenas. Durante mi visita, escuché muchos relatos de científicos y oficiales que hablaban de la especial mística y belleza de la Antártica. Me impresionó especialmente su sentido del sacrificio y su disposición a pasar todo un año lejos de sus familias para proteger este territorio en peligro.  

A nivel nacional, me impresionó el fuerte liderazgo del presidente de Chile, Gabriel Boric y su equipo para organizar este viaje y ayudar a amplificar la conversación sobre la acción climática y el papel único que juega la Antártica en ella. En la escena mundial, Chile también liderará importantes debates sobre la adaptación al clima en la COP28 en Dubai. 

La COP28  

La necesidad de un liderazgo fuerte en la región y con compromisos renovados para la acción climática, no podría ser más oportuna.  

Pocos días antes de viajar a la Antártica, el mundo alcanzó un nuevo y aterrador hito. Por primera vez en la historia moderna, la temperatura media del planeta es dos grados centígrados más cálida que los niveles preindustriales, incumpliendo los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París sobre el clima.  

En la Antártica, vi el impacto de esas promesas fallidas, pero también fui testigo de la determinación del Secretario General de transmitir un mensaje firme desde el Sur: acabar con la adicción del mundo a los combustibles fósiles, la COP 28 debe ser un llamado a la acción, no solo palabras. El compromiso y la cooperación que vi en mi visita a la Antártica demuestran que es posible.  

Como dijo el Secretario General, "la gente en la Antártica está guiada por la cooperación, no por la competencia. Ese es el espíritu que necesitamos la semana que viene en la COP28". 

*Este texto fue publicado originalmente en un-dco.org el 29 de noviembre 2023