Los tratados internacionales para proteger la capa de ozono han marcado un antes y un después en la protección de las personas y el planeta. En ellos puede verse el poder del multilateralismo. Esos tratados deberían inspirar la esperanza de que, juntos, seremos capaces de evitar lo peor del cambio climático y construir un mundo sostenible y resiliente.
Todavía es posible limitar el aumento de la temperatura en el planeta a 1,5 ºC si aceleramos inmediata y drásticamente la acción climática. He propuesto un Pacto de Solidaridad Climática y una Agenda de Aceleración para ayudar a conseguirlo. Insto a todos los dirigentes a que trabajen de consuno para llevar ambos a la práctica, y a que apoyen esos esfuerzos respaldando la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal y limitando los hidrofluorocarburos que calientan el planeta.
La plena ratificación y aplicación de la Enmienda de Kigali podría evitar hasta 0,5 °C de calentamiento hasta 2100, cifra que podría duplicarse si el abandono de los gases que calientan el planeta se combina con medidas de eficiencia energética en los equipos de refrigeración,
Insto a todos los países a que ratifiquen la Enmienda. Y exhorto a los gobiernos, así como a los líderes empresariales, la sociedad civil, el mundo académico, los grupos juveniles, las comunidades locales y otros, a intensificar sus esfuerzos para lograr un cambio real y garantizar que los países en desarrollo cuentan con el apoyo necesario para ello.
Guiémonos por el espíritu que inspiró la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal para construir un mundo en el que los seres humanos, la naturaleza y el planeta puedan prosperar juntos.
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Conoce el impacto del éxito conjunto de Naciones Unidas por recuperar la capa de ozono: