Inserción laboral de los trabajadores migrantes en el sector rural en Chile

La formalidad del empleo es una de las metas contenidas en el objetivo de crecimiento económico y trabajo decente de la Agenda 2030 para que los países puedan alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Dado su positivo impacto en la vida de los y las trabajadoras, la formalidad del empleo es una condición esencial para propender a mejores condiciones de ingreso, acceso a la protección social, seguridad y salud en el trabajo (SST) y relaciones laborales que se traducen en trabajo decente para trabajadoras y trabajadores.
La formalidad del empleo, junto con la acción efectiva de la institucionalidad sociolaboral y de los mecanismos de diálogo social, se vuelven elementos fundamentales que permiten ampliar el impacto de las políticas de reducción de pobreza, de eliminación del hambre y sobre la inseguridad alimentaria y para mejorar la nutrición y el acceso a la salud, entre otros ODS.
Pese a su importancia, la formalidad del empleo todavía no es un objetivo cumplido, tanto a nivel latinoamericano como en Chile, en donde 27,7% de los trabajadores se encontraban en condición de informalidad en 2019 según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En particular, se observa que la informalidad es mayor en los colectivos vulnerables, como las mujeres con bajas calificaciones, los agricultores familiares y pescadores artesanales, los trabajadores rurales y los trabajadores migrantes