Protección ante la desocupación en Chile. Desafíos y oportunidades luego de una crisis sistémica

La crisis por la Covid-19 ha despojado a una gran parte de trabajadores y trabajadoras de su fuente de ingresos laborales, imposibilitando también buscar una nueva. Hasta antes de la crisis la protección ante la desocupación en Chile se concentraba principalmente en el Seguro de Cesantía que cubría a los trabajadores asalariados formales del sector privado que cumplían los requisitos de acceso.
Con la Covid-19 se flexibilizaron las reglas de acceso, ampliando su cobertura y abriéndose a cubrir también la desocupación parcial. También se han realizado transferencias no contributivas, cubriendo a grupos previamente desprotegidos como los trabajadores informales en situación de vulnerabilidad. Estas medidas, que suman ocho programas entre marzo y la primera semana de agosto, aumentaron significativamente la cobertura prestacional de más de 20 puntos porcentuales. Aunque un avance, estas medidas no garantizan la universalidad y sus prestaciones son, para muchos hogares y según los criterios de las normas internacionales del traba-jo, insuficientes. Además, estas medidas son transitorias. Existe espacio para que estas medidas perduren en el tiempo, nazcan de una lógica de garantía universal y reduzcan las limitaciones que presentan los programas focalizados. Tal como el Seguro de Cesantía surge desde los efectos de la Crisis Asiática, las lecciones de esta crisis pueden fortalecer el sistema de protección social, y así avanzar hacia garantizar un piso de protección social universal ante la desocupación o la reducción significativa de los ingresos laborales.