DESIGUALES. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile.
La publicación reconoce que en Chile se han visto avances en numerosos ámbitos durante las últimas décadas, como la reducción de la pobreza, el mayor acceso a la educación superior y la consolidación democrática. La contracara de esta mirada es la percepción de inseguridad; las bajas pensiones, el futuro laboral incierto, la posibilidad siempre presente del desempleo o los tratamientos médicos que no se pueden costear configuran amenazas que el mérito personal no alcanza a sortear, y que empuja demandas por mayor seguridad.
Consistentemente, los datos muestran que las desigualdades que más molestan a los chilenos son aquellas asociadas al acceso a salud y educación, y al trato que reciben las personas: un 41% de la población encuestada reportó haber sufrido una o más formas de malos tratos en el último año. Estas personas atribuyen estas situaciones a dos razones principales: clasismo y machismo.
Frente a este escenario, el PNUD propone concentrar el debate respecto de la desigualdad en el país en seis “nudos” que explican su reproducción y a la vez que permiten imaginar cambios:
- Una estructura productiva que genera circuitos diferenciados de productividad: un conjunto reducido de grandes empresas que ofrecen buenas remuneraciones y estabilidad laboral y un gran número de pequeñas y medianas empresas de menor productividad que no logran asegurar ni estabilidad ni calidad del empleo.
- Un sistema educativo que por su estructura segmentada no logra generar suficiente igualdad de oportunidades que garantice la movilidad social intergeneracional.
- Un Estado que ha mostrado avances en la implementación de políticas sociales pero sigue teniendo como desafío la provisión de mayores seguridades para los ciudadanos, especialmente en materia de garantías universales, transferencias y pensiones.
- Una alta concentración de la riqueza y el ingreso en un número reducido de grupos económicos, lo cual genera reparticiones de los excedentes y patrones de inversión que reproducen la concentración y dificultan reducir la desigualdad.
- Una alta elitización en la representación política: más del 70% de los ministros, casi 60% de los senadores y más del 40% de los diputados del período 1990-2016 asistió a colegios de elite, carreras y universidades de elite, o ambas. Esto provoca una distancia sentida por parte de la población respecto de sus representantes y líderes políticos, y alimenta la crítica a su carácter privilegiado.
- Patrones culturales que justifican o critican la desigualdad existente. El volumen muestra cómo conviven valores meritocráticos a partir de los cuales se estigmatiza a la población más vulnerable – “aquellos que no se esfuerzan”, y a su vez se critica el abuso de contactos y privilegios de las clases más altas.
La Representante Residente del PNUD en Chile, Silvia Rucks, señala que la relevancia del libro “hay que entenderla dentro de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales el Estado de Chile se ha comprometido en trabajar en el marco de la Agenda 2030, donde la reducción de la desigualdad y la pobreza son elementos centrales de un desarrollo sostenible e inclusivo. Para lograrlo, el país debe abrir preguntas y discusiones difíciles pero indispensables, que tienen que ser abordadas por el conjunto de la sociedad. Este libro busca ser un aporte en este debate.”
Matías Cociña, uno de los investigadores principales del libro, comenta que “este material busca ser una base empírica a partir de la cual discutir sobre cómo disminuir la desigualdad en Chile. No se proponen en este sentido ni recetas mágicas ni soluciones fáciles, sino que se ofrecen elementos para entender cómo se crea, cómo se reproduce y qué consecuencias tiene la desigualdad socioeconómica en Chile, para desde ahí abrir una discusión mucho más desafiante: qué hacer al respecto. En este sentido, el libro va más allá de la contingencia actual, analiza la trayectoria del país desde sus orígenes para pensar el futuro que se nos viene.”