Por mí y mis compañeras
La pandemia ha sido catastrófica para el colectivo de mujeres trans en Chile. Esta es la historia de cómo se organizaron para ayudarse mutuamente.
La pandemia ha sido muy dura para el colectivo de mujeres trans en Chile que se dedica al trabajo sexual para sobrevivir: perdieron sus medios de supervivencia e ingresos. La situación es peor para las mujeres migrantes, debido a la discriminación adicional que sufren. Por ello, se organizaron para ayudarse y salir adelante de manera conjunta.
“Yo no fui una niña normal en realidad, la gente no estaba tan sensibilizada como ahora. Después de que me echaron del colegio como que colapsó todo y me vi enfrentada al mundo, a la realidad” cuenta Andrea Soto, presidenta de Corporación Chilena de Personas Trans Amanda Jofré, agregando que desde siempre se ha sentido como una dirigente sindical: “siempre lo he sido, me ha gustado siempre estar en las marchas, en la lucha de los derechos, para pedir que seamos todas y todos iguales”.
Andrea afirma que la población trans en Chile siempre ha estado en la extrema pobreza “porque nosotras sobrevivimos de lo que vamos ganando”, cuenta y dice que antes de la pandemia la situación venía mal porque con el estallido social del 2019 se quedaron sin poder acceder a las áreas de la ciudad donde se ejerce el comercio sexual. Cuando llegó la pandemia la situación ya era crítica.
Varías mujeres trans afectadas por esta situación pidieron ayuda a la Corporación Amanda Jofré, quienes ante esta emergencia decidieron destinar todos los recursos que tenían para comprar mercadería y artículos de aseo. Andrea se contagió de COVID justamente repartiendo la ayuda a sus compañeras. Pero para ella eso no fue lo peor.
La mayor dificultad la vivieron las mujeres trans que son migrantes, ya que comenzaron a expulsarlas de sus viviendas y tuvieron que ser acogidas por otras en pequeños departamentos, cuenta Andrea. “Las compañeras llegaron a tener crisis de salud mental, al estar encerradas, no tener plata y ser echadas de las casas” señala. Gracias a la organización de la Corporación Amanda Jofré recuerda que pudieron donar “canastas de mercadería durante 6 meses y con otros apoyos como el de OPS/OMS y otras instancias pudimos ayudar a más de 1.200 personas que ejercen el trabajo sexual, sobre todo en la Plaza de Armas de Santiago”, destaca.
Las personas trans están en una situación de vulnerabilidad en toda América Latina. Con frecuencia son víctimas de discriminación en el mercado laboral y en la vida pública. En muchos casos sufren violencia extrema, incluso la muerte. Hay reportes que indican que su expectativa de vida es muy inferior a la de otros grupos sociales. Las trabajadoras sexuales, además, han estado especialmente expuestas durante la pandemia. Si trabajan pueden fácilmente contraer el virus, pero si no lo hacen se quedan sin ingresos al no tener ningún tipo de protección social.
- La historia de Andrea Soto es parte de “Voces para la Equidad en Salud a través de la acción sobre la Desigualdad Social de OPS/OMS Chile. (Special Initiative on Social Determinants for Health Equity: Promoting policies and Practices that address the social determinants of health for advancing health equity).