Nelson Mandela fue un coloso de valentía y convicción.
Un líder de inmensos logros y extraordinaria humanidad.
Un gigante de nuestro tiempo, cuyo legado debemos honrar a través de la acción:
Acción para desterrar el racismo, la discriminación y el odio;
Acción para borrar la huella del colonialismo;
Y acción para promover la igualdad, los derechos humanos y, sobre todo, la justicia.
En la actualidad, la pobreza, el hambre y la desigualdad no hacen sino aumentar cada día.
Los países se ven asfixiados por la deuda.
La crisis climática está destruyendo la vida de quienes menos han contribuido a ocasionarla.
Y nuestro injusto y obsoleto sistema financiero internacional no está cumpliendo su función de red de seguridad mundial.
La solución a todos estos problemas está en nuestras manos.
Así pues, al conmemorar la vida y el legado de Nelson Mandela, sintámonos inspirados por su espíritu de humanidad, dignidad y justicia.
Unámonos a las mujeres y niñas, los jóvenes y los agentes de cambio de todo el mundo.
Y actuemos para construir un mundo mejor.
Muchas gracias.