Hoy el mundo rinde homenaje a un gigante de nuestro tiempo; un líder con una valentía sin parangón y que alcanzó imponentes logros; y un hombre de sobria dignidad y profunda humanidad.
Nelson Mandela trabajó para superar las divisiones de las comunidades y fue un mentor de generaciones.
Sigue siendo un ejemplo de moralidad y una referencia para todos nosotros.
Madiba recorrió el camino hacia la libertad y la dignidad con férrea determinación, y con compasión y amor.
Demostró que todos y cada uno de nosotros tenemos la capacidad -y la responsabilidad- de construir un futuro mejor para todos.
Nuestro mundo de hoy se ve empañado por la guerra; abrumado por las emergencias; gravemente afectado por el racismo, la discriminación, la pobreza y las desigualdades; y amenazado por el desastre climático.
Busquemos la esperanza en el ejemplo de Nelson Mandela y en la inspiración de su visión.
Hoy y todos los días, honremos el legado de Nelson Mandela por medio de la acción.
Pronunciándonos claramente contra el odio y defendiendo los derechos humanos.
Aceptando nuestra humanidad común, rica en diversidad, con la misma dignidad, unida en solidaridad.
Y, juntos, hagamos de nuestro mundo un lugar más justo, compasivo, próspero y sostenible para todos.